Hemos hablado en varias ocasiones del microlearning y de cómo éste podría ser considerado una innovación pragmática para el aprendizaje permanente, ya que es congruente con los patrones de información y de comunicación actuales.

Si damos un salto hacia la formación de adultos en las empresas, encontraremos que es un tema que preocupa tanto a creadores de contenidos como a empresarios.

Cada vez es más evidente la fuerza de la red 2.0 y cómo ésta influye y modifica las formas tradicionales de aprender. Además, el ritmo de vida acelerado que llevamos también comporta que los conocimientos queden desfasados y anticuados en poco tiempo. Ya no es válido hablar de “etapa académica”, puesto que nunca podemos dejar de aprender.

Cuando analizamos el microlearning como estrategia formativa a menudo mencionamos la capacidad que tenemos las personas para recordar, asimilar y retener únicamente 4 o 5 conceptos al día.

Número mágico: siete más o menos dos

George Miller, pionero de la psicología cognitiva, lanzaba su teoría “Magical Number Seven, plus or minus two” en el año 1956.

Microlearning y el número mágicoMiller detectó una limitación en la capacidad de los procesos cognitivos. En uno de sus experimentos presentaba una serie de figuras de colores a una persona y cada color lo relacionaba con una palabra arbitraria (siempre la misma palabra para cada color).

El número de palabras (relación palabra-color) era diferente para cada experimento. Lógicamente, cuando eran pocas, el participante tenía una mejor ejecución que cuando eran muchas, ya que los errores aumentaban considerablemente.

Lo curioso es que en todos estos experimentos aparecía una regularidad extraña en cuanto al número de elementos que un participante tenía que reconocer, categorizar o memorizar durante una prueba. En la mayoría de los trabajos los índices de ejecución óptimos se encontraban en un máximo de entre 5 y 9 elementos. Es decir, 7 con una desviación de 2 elementos. Más allá de aquí el sistema se “sobrecargaba”.

Posteriormente, ya en el siglo XXI, otros autores como Nelson Cowan desarrollaron esta teoría y demostraron que el rango de información a corto plazo que somos capaces de recordar es de entre 3 o 5 elementos.

Memoria de trabajo

La “memoria de trabajo” (working memory) es aquella memoria temporal que utilizamos para llevar a cabo una tarea o resolver un problema determinado. Fue un concepto introducido en 1974 por Baddeley y que también ha ido evolucionando con los años.

Al hablar de memoria de trabajo estamos hablando de aquellos procesos que se utilizan en tareas mentales (retener ideas para combinarlas con otras ideas próximas), en la resolución de problemas (recordar los números en procesos de cálculo) y en la planificación (determinar la mejor ruta para llegar a un punto).

Imagina que alguien te pide que hagas un cálculo matemático, pongamos como ejemplo multiplicar 56 por 23, sin calculadora y sin poder realizar anotaciones. Primero de todo, necesitarás almacenar en tu memoria de trabajo estos dos números. El siguiente paso será utilizar las reglas para multiplicar que aprendiste en su momento para calcular el producto de 56 x 3 (utilizando nuevamente la memoria de trabajo para recordar las decenas que te llevas) y posteriormente hacer lo mismo con el 56 x 2. Tendrás que añadir a tu memoria de trabajo el resultado de este par de cálculos para finalmente poder obtener la solución correcta.

Sin la memoria de trabajo, no podríamos realizar este tipo de actividad mental compleja, en la que tenemos que retener una cierta información mientras procesamos otro material.

El número mágico

Esta memoria RAM metafórica no es tan fácil de cuantificar como en los ordenadores, ya que intervienen múltiples mecanismos de retención de la información y variables que tienen que ver con las capacidades de las personas. No obstante, diversas investigaciones han demostrado que esta memoria operativa no se mantiene por más de 2 segundos. Tras este periodo si no se practica una repetición (bucle fonológico) la nueva información se olvida.

Conclusiones

Todavía existen discrepancias entre los científicos que estudian los procesos de nuestro cerebro y analizan cómo funciona nuestra memoria.

Muchos, tal y como recogemos, establecen que existe una memoria de trabajo, una memoria a corto plazo y una memoria a largo plazo. Mientras, otros argumentan que la distinción entre un tipo de memoria y otra no es tan evidente como para marcar una separación.

Es difícil determinar si el microlearning nace de esta teoría o bien se centra más en una cuestión plenamente pragmática (poco tiempo – poco contenido). A pesar de esto, todo parece evidenciar que cuando adquirimos conocimiento a partir de pequeñas porciones de información, en poca cantidad y de manera frecuente lo hacemos de manera más óptima que cuando la información se presenta en grandes dosis.

5 Comments

  1. El microlearning para mejorar la formación corporativa - Snackson

    […] asegurarse de la participación activa de los alumnos y, además, hacerlo teniendo en cuenta la limitada capacidad de atención que tenemos las […]

  2. Le microlearning pour améliorer la formation corporative - Snackson

    […] suivi, s’assurer de la participation active des élèves et en plus, le faire en prenant compte capacité d’attention limitée que nous […]

  3. Edmond Dantès

    Interesante artículo, aunque me confunde lo de la cuenta. 56 * 23 no es lo mismo que (56*2) + (56*3)

  4. El microlearning para mejorar las técnicas de venta - Snackson

    […] que más nos ha impactado, que acostumbra a ser aproximadamente un 16%. Recordemos también el número mágico en el microlearning; el rango de información a corto plazo que somos capaces de recordar es […]

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>